Vinos de Malaga y Sierras

Historia de los vinos de Málaga y Sierras de Málaga

Ya en el S. XI, los árabes cantaban las alabanzas del sharah al malaquí al que atribuían propiedades medicinales, mejorando el mal de melancolía y ayudando a los niños inapetentes. Quizá sea por esta razón por lo que los árabes fomentaron la extensión de su cultivo, a pesar de la expresa prohibición coránica.

Los vinos de Málaga llenaron las copas de las mejores mesas europeas y americanas durante mucho tiempo. Desde el puerto de Málaga partían los barcos que abastecerían a la casi totalidad de las latitudes occidentales y la actividad bodeguera se convertía en la principal de cuantas ocupaban a los jornaleros malagueños.

Con el tiempo, la Costa del Sol pasó a ser más conocida por su turismo y por las bondades de su clima que por sus vinos. Pero precisamente en ese clima radica la generosidad extrema de los vinos de Málaga. Desde las cepas axarqueñas de Vélez-Málaga, Torrox, Algarrobo, Frigiliana o Cómpeta, escarpadas en terrazas impensables, dada la altitud de algunas de sus lomas, hasta los llanos de Cartojal o Antequera, las cepas de Pedro Ximénez maduran hasta poder ofrecernos uno de los mejores vinos del mundo.

Es cierto que las modas actuales (la tendencia hacia los vinos secos en el mercado es manifiesta) han reducido la producción de vinos de Málaga, pero también es cierto que se han depurado bodegas de vinos duros y poco elaborados, dejando paso a aquellos bodegueros que aman la tradición, pero que también han sabido adaptarse a los nuevos tiempos utilizando nuevas técnicas.

En la actualidad, y aunque menos conocidos, los vinos de Málaga blancos (Cartojal, Carpe Diem, etc, …) buscan un lugar entre los finos y los blancos andaluces. Más suaves y adaptados al paladar moderno, nos aportan un toque afrutado, apuntando a los amontillados cordobeses, pero sin perder la esencia malagueña. También se ensayan vinos tintos en la zona de Ronda, aunque se trata más de vinos de autor que de vinos de Málaga sensu strictu.

Como recomendación, procure no irse de este mundo sin haber levantado una copa de Málaga en la «Casa del Guardia», en Puerta del Mar, un mediodía soleado de la primavera del sur.

El clima y el terreno de Málaga

Málaga se lo debe casi todo a su excepcional clima; también sus vinos.

Con unos veranos suaves en la costa y tórridos en el interior, la uva de Málaga alcanza unos altos concentrados de azúcares, lo que favorece la alta graduación que alcanzan sus vinos. La Axarquía, con uno de los climas más benignos de Europa resulta ideal para el cultivo de la uva moscatel, destinada en buena parte al consumo de mesa.

Los inviernos son cortos en la costa y algo más pronunciados en el interior, pero una primavera prolongada permite asolar las uvas hasta su optimización.

Los suelos en Málaga son variados, y van de la más pura albariza donde crecen viñas y olivos, hasta otras menos calizas y más arcillosas en el valle antequerano o el la comarca de la Axarquía.

Las variedades de vinos de Málaga

La vinificación de los vinos de Málaga es sencilla. Consiste en fortificar el vino, tras su fermentación, con aguardiente. En otras ocasiones, como en el caso del arrope, sufre diferentes hervores y reducciones. Gracias a las diferentes mezclas y procesos se obtienen las siguientes variedades de vino:

  • Dulces:
    • Arrope. Zumo de uva resultante de la reducción por hervor del mosto de pedro ximénez. Se emplea par afinar la crianza de las demás variedades.
    • Mistela. En este caso, la fortificación con aguardiente tiene lugar antes de la fermentación. La mistela es un vino muy dulce que se produce también en la zona de Valencia.
    • Vino de naranja. Que resulta de añadir esencias al vino de Málaga, consiguiendo un sabor tremendamente afrutado, en ocasiones en exceso. Los vinos de naranja se dan fundamentalmente en el Condado de Huelva
    • Lágrima. Vino de primer prensado, alicorado y de aroma dulzón.
    • Málaga moscatel. Elaborado en su totalidad con uva moscatel posee un color oro viejo y un aroma intenso. Dentro de esta variedad se encuentra el vino moscatel dorado que presenta una intensidad aun mayor.
    • Málaga Pedro Ximénez. Es el vino de Málaga por antonomasia y se elabora exclusivamente con una Pedro Ximénez.
    • Pajarete. A diferencia de los anteriores, este vino de Málaga presenta una textura semiseca y tiene tonalidades ámbar, sin llegar nunca a la opacidad del Pedro Ximénez. Puede alcanzar los 20º.
  • Secos:
    • Soleras. Son los málagas más considerados y marcan la fecha de inicio de la solera. De sabor algo punzante y tonos oro y oro viejo, representan la culminación del proceso de elaboración de los vinos de Málaga. El proceso de soleras (comunicación de botas de mayor a menor antigüedad) le concede un aroma a madera, con toques azafranados que recuerdan sus iniciales sabores frutales. Su textura es semiseca, muy amplia en boca.

Vinos de las Sierras de Málaga

Cuando pensamos en un vino de Málaga pensamos en un vino oscuro y dulce. Sin embargo, en Málaga hay otros vinos que han heredado la tradición milenaria pero que se incorporan a las nuevas fórmulas de cultivo y crianza de vinos.

La Denominación de Origen Vinos de las Sierras de Málaga se crea en el año 2001. Esta D.O. abarca una densa zona que va desde La Axarquía (Montes y Costa Oriental) hasta Ronda (en el límite con la provincia de Cádiz). Además, en esta denominación malagueña se encuentran dos poblaciones cordobesas (Palenciana y Benamejí).

La D.O. Vinos de las Sierras de Mälaga elabora vinos tintos, vinos rosados y vinos blancos. En el caso de los tintos, los niveles de crianza son los siguientes:

  • Vinos de crianza. 6 meses en barrica y 18 en botella.
  • Vinos de reserva. 12 meses en barrica y 24 en botella.
  • Vinos de gran reserva. 24 meses en barrica y 36 en botella.

En la actualidad, los viticultores malagueños luchan por salir del tópico de que en Málaga sólo se hacen vinos dulces y ofrecen vinos de aromas intensos, perfectamente ajustados en acidez y muy agradables en boca.

Los vinos blancos de las Sierras de Málaga son frescos, fragantes y gustosos. Muy fríos resultan ideales como aperitivo.

El maridaje de los vinos de Málaga

El maridaje de los vinos de Málaga va a depender mucho de las características del vino elegido. Particularmente recomendamos un «pedrito» (Pedro Ximénez) junto a unas pasas de La Axarquía y unas almendras tostadas. A los blancos malagueños les van muy bien los «pescaitos» de la bahía malagueña y con unas cigalas de patas rojas.

La estrella de la gastronomía malagueña es el «ajo blanco». Esta sopa fría o tibia marida muy bien con un vino blanco D.O. Sierras de Málaga e incluso con un pajarete.

En ninguna parte de España se entienden los pescados fritos como en Málaga. Bien escurridos de harina y aceite, el propio profesor Grande Covian, le dedicó elogios por ser una fritura saludable. Para refrescar el «pescaito frito» podemos apuntar muchos vinos… Vinos de Rueda, blancos de Cádiz, vinos rosados o albariños.

La «porra antequerana» es un gazpacho espeso (muy silimar al salmorejo cordobés) que admite cualquier combinación con los vinos de la tierra.

El «gazpachelo» es un caldo tibio o frío a base de pescado y mayonesa diluida. Es una receta muy suave que requiere un blanco como los de nuevo cuño, bien frío.

Las mejores añadas de los vinos de Málaga

El año 2005 resultó «excelente» para los vinos de Málaga según el Consejo Superior de las Denominaciones de Origen. Además, siempre según esta entidad, los años 2001, 2003 y 2004 resultaron calificados como «muy buenos».

Las localidades del vino de Málaga y Sierras de Málaga

Son muchas las localidades que conforman esta D.O., por lo que haremos un breve recorrido por áquellas más relevantes en relación con el mundo del vino. Haremos referencia a su gastronomía, patrimonio monumental y rincones naturales, elementos todos ellos de gran atractivo para sus visitantes.

  • Fuente de Piedra. Este pequeño pueblo es conocido por encontrarse en él la laguna más extensa de Andalucía, en la que anidan y se reproducen el mayor número de flamencos de la península. Es un pintoresco pueblecito de primorosas y blancas casas en el que el turismo rural se ha convertido en una importante actividad económica. Entre sus monumentos podemos destacar la Fuente de la Piedra, erigida en el siglo XVIII, la iglesia de la Virgen de las Virtudes construida en el siglo XIX y la Casa del Conde del Castillo del Tajo de estilo neoclásico. Tras pasear por sus hermosas calles, lo mejor es hacer un descanso en uno de sus mesones en donde podremos reponer fuerzas con alguno de sus sabrosos platos típicos como la porra, las migas, el gazpacho y las perdices encebolladas acompañados de un buen vino de la comarca. Son varias las bodegas ubicadas en esta localidad las que, sin renunciar a los adelantos tecnológicos, siguen manteniendo la tradición en los procesos de elaboración de sus vinos, entre los que destaca el vino dulce.
  • Mollina. Es este un municipio muy antiguo aunque su nombre procede de la época romana. Es un pueblo de calles rectas y largas, con casas encaladas y con rejas en las ventanas. Quedan restos del castillo de origen árabe al pie de la sierra de La Camorra. Son de interés también la iglesia de Nuestra Señora de la Oliva, del siglo XVII en el centro del pueblo, y el convento de la Ascensión, del siglo XVIII. Otro de los atractivos de esta localidad son los lugares de interés arqueológico y espeleológico como las Cuevas de Almirez, de la Higuera y de los Órganos. Esta ciudad se ha convertido en pocos años en el mayor productor de vinos de esta denominación de origen, habiendo obtenido alguno de los vinos elaborados aquí algunos premios en concursos y catas.
  • Antequera. Aunque en esta localidad no se encuentra asentada ninguna bodega, son muchos los bares, tabernas y restaurantes, en los que poder degustar el vino de Málaga, acompañados de magníficas tapas como la porra antequerana, las migas y las manitas de cerdo. En el punto más alto de la ciudad se encuentra la alcazaba islámica con su famosa torre del homenaje. Especial mención merece la colegiata de Santa María la Mayor del siglo XVI , el Arco de los Gigantes y el laberíntico barrio del Coso Viejo donde se encuentra el Museo Municipal. Otro rincón de interés es la plaza del Portichuelo, algo más abajo de la alcazaba. No podemos dejar de mencionar el edificio del Ayuntamiento y la iglesia de los Remedios.
  • Valle de Abdalajís. Es un pequeño pueblo de blancas y empinadas calles, cuyas principales virtudes son su casco urbano y el paisaje hacia el que se abre. De la época de dominación musulmana se conservan restos del castillo de Hinz-Almara, construido sobre los restos de un poblado ibérico. De su patrimonio histórico se conserva el trazado árabe de la urbe. La antigua Posada del siglo XVI es considerada una de las primeras casas que conformaron la ciudad. Son lugares de interés la ermita del Santo Cristo de la Sierra desde donde se puede contemplar unas excepcionales vistas, la iglesia de San Lorenzo, y el Palacio de los Condes de los Corbos construido en el siglo XVI. Cansados tras tan larga caminata, hay algo mejor que dejarnos agasajar con la gastronomía y el vino local? Algunos de sus platos típicos son la porra, el gazpacho caliente, las migas, las gachas y otros varios; todo esto nos lo ofrecerán con la amabilidad que caracteriza a sus gentes, en alguna de las tabernas que salpican sus calles.
  • Ardales. Esta localidad nos ofrece un paisaje sereno e inquietante a la vez de extraordinaria belleza, en el entorno natural de los embalses del Guadalhorce y el Desfiladero de los Gaitanes. Especial mención merecen las ruinas del castillo de la Peña del siglo IX, entre las que sobresale la iglesia de la Virgen de los Remedios, de estilo mudéjar, que data del siglo XV pero fue reformado en el XVIII. La gastronomía de Ardales se basa en guisos a base de cabrito y cordero, como la caldereta, así como en productos del cerdo y el gazpacho. Todos estos sabrosos platos podemos degustarlos en sus restaurantes, acompañados, como no podía ser de otra forma, de un vino, de los de la tierra.
  • Ronda. Esta localidad es un monumento en sí misma. Cada calle, cada rincón, cada paisaje, es un delite para los sentidos. Cabe destacar el Puente Nuevo que se asoma al impresionante Tajo, imagen por antonomasia de la ciudad, junto al Puente Viejo y el Puente Árabe. En la zona antigua se encuentra la iglesia Mayor, la iglesia del Espíritu Santo, el Ayuntamiento, varios museos, el palacio de Mondragón y el palacio del Marqués de Salvatierra. Esta zona está repleta de callejuelas y plazoletas de gran belleza. En la zona moderna se encuentra el Parador de Turismo, la plaza de toros, toda ella de piedra, el parque de la Alameda asomado al Tajo y las iglesias del Socorro y de la Merced entre otras. En su famosa calle de la Bola se pueden encontrar muchas tiendas, bares y restaurantes en los que reposar después de tan larga caminata, en los que podremos degustar sus platos típicos y su vino, cuya calidad ha sido recuperada gracias al afan de modernos viticultores que han logrado que la elaboración de vino continúe siendo una actividad importante en esta localidad.
  • San Pedro de Alcántara. Lo más destacado en este municipio son las Termas romanas de las Bóvedas, la Basílica paleocristiana de Vega del Mar, que incluye una necrópolis, la Torre almenara de Bóvedas del siglo XVI, el templo parroquial del siglo XIX, bello conjunto colonial, y la Alcoholera, complejo industria que albergó unas bodegas que producían un vino moscatel de gran calidad y una fábrica de alcohol, convertida hoy en centro cultural polivalente.

Muy importante

Cuando nos referimos a notas de cata lo hacemos en referencia a vinos muy bien criados y afinados. Vinos que han superado todas las pruebas y que han demostrado estar a la altura de los consumidores más exigentes.

En todas las Denominaciones de Origen hay vinos muy comerciales, vinos baratos que no se ajustan a una cata ciega. Por esa razón los descartamos.

Si usted desea someter a la cata de nuestros sumilliers un vino de su bodega o un vino de su preferencia sólo tiene que hacérnoslo saber poniéndose en contacto con nosotros.

Pero debe saber que nuestros sumilliers obrarán con justeza y es posible que no le guste lo que le digan del vino de su bodega o de su vino favorito.

Esperamos que entiendan que seamos tan estrictos. Todo ello redundará en beneficio de todos los amantes del vino.

Jaime Garrido
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